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Empujando los límites: Camino de Santiago en tandem

DisCamino: El Viaje de Gerardo y Javier en el Camino de Santiago

En 2009, Javier Pitillas, un policía y voluntario de Vigo, recibió un desafío poco común: ayudar a Gerardo, un joven sordociego, a cumplir su sueño de recorrer el Camino de Santiago. Gerardo soñaba con vivir la peregrinación, y Javier, con su voluntad y compromiso, aceptó el reto. Así nació DisCamino, una iniciativa que no solo cambiaría la vida de Gerardo, sino que abriría una senda de esperanza y superación para muchas otras personas con discapacidad.

La preparación no fue fácil. El Camino de Santiago es exigente en sus mejores condiciones, pero hacerlo en un triciclo tándem, con un copiloto que depende completamente de su guía, supone una experiencia única y desafiante. Javier y Gerardo pasaron horas adaptándose al triciclo tándem, un vehículo especial en el que ambos pedalearían juntos. Javier sería los ojos y oídos de Gerardo, describiendo el paisaje, el terreno, el clima, y todos los matices del recorrido.

Finalmente, comenzaron su travesía. Desde el primer día, el viaje fue una lección de confianza. Cada pedalada avanzaba en sincronía, pero más allá del ritmo, Javier narraba cada detalle del Camino a Gerardo: el olor de los pinos, el sonido de los ríos y el canto de las aves. A pesar de los obstáculos —desde el cansancio físico hasta el agotamiento mental— Gerardo y Javier siguieron adelante, impulsados por su mutua confianza y la energía de los peregrinos que encontraban en su camino.

El impacto de este primer recorrido fue tan grande que Javier decidió formalizar el proyecto como DisCamino, una iniciativa para ayudar a otras personas con discapacidad a vivir la experiencia del Camino de Santiago. Desde entonces, cerca de 300 personas, con todo tipo de discapacidades, han recorrido el Camino en bicicletas y triciclos tándem gracias a DisCamino. Cada viaje es un acto de inclusión, y cada kilómetro recorrido simboliza la voluntad de derribar barreras y demostrar que los límites pueden ser superados.

Hoy, DisCamino sigue activa, con Javier liderando un equipo de voluntarios que hace posible que más personas superen sus propias limitaciones. Su historia demuestra que los sueños no tienen barreras y que, con el apoyo adecuado, todos podemos ser peregrinos en este viaje de la vida.